Un capitulo nuevo en la historia de Green Bay
Ulises Harada
Tanto el coach Mike McCarthy, el quarterback Aaron Rodgers y el resto de los jugadores de Green Bay tienen una oportunidad única de entrar a los libros de historia de uno de los equipos más emblemáticos de la NFL con un triunfo en le Super Bowl XLV el próximo 6 de febrero.
Además de darle a los Packers su cuarto trofeo Vince Lombardi y su título 13 en general, Aaron Rodgers puede por fin exorcizar al fantasma de Brett Favre, el cual ha estado con él desde el principio de su carrera, en 2005.
Desde que tomó la titularidad del equipo siempre han estado las comparaciones, no sólo por la producción que tuvo Favre a lo largo de 16 años en Green Bay, si por que el legendarios número cuatro llevó a dos Super Bowls, aunque sólo pudo ganar uno. Con una victoria el próximo domingo, Rodgers conseguiría la misma cantidad de títulos que Favre en tan sólo su tercer año al frente de los Packers.
Muchos de los compañeros de Rodgers, como el esquinero Charles Woodson, quien es el único jugador defensivo en la historia de la NCAA en ser premiado con el Trofeo Heisman, otorgado al mejor jugador a nivel universitario, puede terminar su gran carrera en la NFL como campeón y como uno de los mejores jugadores defensivos en Green Bay, junto con Ray Nitzche y Reggie White.
Para el coach McCarthy, el ganar un Super Bowl con los Packers le garantiza un exclusivo lugar con varios de los mejores coaches en la historia de este deporte. Curly Lambeau y Vince Lombardi ya están inmortalizados en el Salón de la Fama en Canton Ohio, mientras que Mike Holmgren, quien ganó el Super Bowl XXXI, algo que McCarthy puede conseguir si logra obtener un anillo de campeón.