Por Ulises Harada
Les presentamos cinco observaciones del triunfo de los Texans 19-13 sobre los Bengals en la ronda de WildCard de los Playoffs de la NFL
1.- Muchas yardas, poca efectividad en Houston.
Los Texans consigueron 420 yardas de ofensiva total y sólo pudieron meter 19 puntos en el marcador. Eso habla de una efectividad casi nula cuando atacaron. Además de eso, este ataque consiguió 23 primeros y diez y sólo tuvo una entrega de balón (el pick six de Leon Hall). En los últimos tres partidos Houston sólo ha anotado dos touchdowns, algo que tiene que preocupar a Gary Kubiak
2.- El 80% de la ofensiva es Arian Foster.
Hoy quedó demostrado que si se frena a Arian Foster, los Texans no tienen otra respuesta. Foster logró 140 yardas en contra de los Bengals y eso ayudó a que Matt Schaub consiguiera abrir espacios con playactions. Houston va a ganar en los playoffs con la vieja receta: defensiva y juego terrestre dominante.
3.- La defensiva de los Texans dio un gran partido. La defensiva de Houston limitó a Cincinnati a tan sólo 182 yardas totales, 12 primeros y diez y un promedio de 4.2 yardas por jugada. Al medio tiempo Andy Dalton sólo tenía tres yardas por pase y los Bengals terminaron el juego con 0-9 en terceras oportunidades. Es cierto que el playcalling de Jay Gruden no fue el mejor, pero Houston hizo su trabajo, no sólo limitando el juego terrestre, si no presionando de forma constante a Dalton.
4.- Cincy aún no está listo para dar el salto.
Los Bengals dejaron muy claro que aún no pueden competir con lo mejor de la AFC. Pases soltados, playcalling predecible, decisiones del head coach cuestionables. La única razón por la que estuvieron en el partido fue gracias a su defensiva y, a pesar del talento indiscutible que tienen, siguen sin intimidar en Playoffs.
5.- Mike Zimmer tiene que ser head coach el siguiente año.
El trabajo que ha hecho los últimos tres años el coordinador defensivo de los Bengals es simplemente espectacular. Cincinnati mostró una de las mejores defensivas de toda la NFL. Zimmer ha hecho a una serie de jugadores de bajo perfil de los mejores de la NFL, como el caso de Geno Atkins. Tiene la capacidad no sólo de ejecutar, sino de ser un gran líder y motivador. El equipo que se lo lleve va a tener un gran coach.
