5 observaciones de la victoria de los Packers ante los Cowboys

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En un encuentro entre un equipo bueno contra uno malo, nueve de cada diez veces se impondrá el primero. Ese fue el caso en el partido en el que los Dallas Cowboys visitaron el Lambeau Field para enfrentar a los Green Bay Packers, donde los locales se impusieron con facilidad 28-7.
Estas son 5 observaciones sobre el partido.

1. Más de 200 yardas por tierra.
Estamos acostumbrados a ver a un equipo de los Packers que tiene una identidad orientada hacia el juego aéreo. Normalmente su estilo dicta que es hasta la segunda mitad, cuando ya tienen la ventaja en el marcador y la defensiva rival está cansada, que acarrean el balón para cerrar el partido.
En este partido, el enfoque cambió; en todo momento, los corredores Eddie Lacy y James Starks corrieron con libertad por tremendos huecos, de hecho las 124 y 71 yardas que aportaron cada uno, más las 27 del QB Aaron Rodgers, rebasaron las 200 por primera vez desde la semana 7 de la temporada 2002, cuando enfrentaron como visitantes a los Browns en Cleveland, en aquel momento, los RBs Ryan Grant y Brandon Jackson, además del mismo Rodgers, corrieron para 202 yardas.
Desde la llegada de Lacy a este equipo, una vez llegado el mes de diciembre, es su momento de brillar y complementado por Starks esta fórmula ayuda mucho a Rodgers y su ofensiva.

2. Los Packers jugaron mini football y no necesitaron más.
Otra situación a la que nos hemos acostumbrado es a la verticalidad en el ataque de los Packers, constantemente Rodgers busca a sus receptores afuera de los números y en trayectorias profundas.
En esta ocasión, sin importar que la secundaria de los Cowboys tiene historial permitiendo que los receptores riales se desmarquen en las zonas profundas, Rodgers constantemente estuvo lanzando a las trayectorias cortas e intermedias en el centro del campo, poniendo a sus receptores en ventaja para ganar yardas después de la atrapada y usando sólo la agresividad necesaria para dominar el encuentro.
En realidad el partido nunca le exigió ser totalmente agresivo para anotar rápido, con casi 38 minutos de tiempo de posesión, acortaron el partido para tramitarlo de manera sencilla.

3. Dez Bryant no es él mismo.
1 recepción para 9 yardas. Esta línea estadística no es la de un RB de tercer equipo, ni la de un quito receptor en el depht chart, es la de Dez Bryant, el mismo que firmó un contrato de más de 70 millones en el offseason y que muchos señalan como la causa de no haber conservado a DeMarco Murray (aunque de eso último, personalmente no estoy tan seguro).
Si esta producción es basura pura, falta mencionar que además en por lo menos tres ocasiones soltó pases que en otro momento hubiera atrapado sin problemas; balones 50-50 en el punto más alto de su salto que son su especialidad.
¿Ya se dio por vencido? ¿No está concentrado? ¿Tuvo un mal día? Difícil de determinar, aunque conociendo el carácter que tiene este jugador es difícil pensar que la primera opción sea la respuesta correcta.

4. Continúa el blitz.
Rod Marinelli, el Coordinador Defensivo de los Cowboys, no es un tipo que tenga afección a mandar cargas con linebackers o safeties, él es un discípulo del Cover 2 que se centra en presionar de forma efectiva con cuatro frontales.
Por segunda semana consecutiva, vimos que los linebackers se acercaron al centro de la línea y elementos de la secundaria presionaron por los extremos, lo cual se vio traducido, una vez más en sacks y presión al QB.
No miren ahora, pero DeMarcus Lawrence se está convirtiendo en el mejor pass rusher de este equipo, sí, incluso mejor que Greg Hardy; en los últimos cinco partidos ha registrado cinco sacks.

5. Offseason mode: ON.
Cada semana parece que los Cowboys están en la misma situación; vivos matemáticamente pero muertos en realidad, sin embargo tras haberse puesto a sólo un partido de diferencia del liderato de la división en el lunes por la noche, una semana después, siguen al fondo de los standings en el Este de la Nacional, pero ahora a dos partidos de distancia del líder con tres partidos por disputar. La derrota, combinada con victorias de Washington y Philadelphia los deja pésimamente parados.
El noveno descalabro conseguido esta semana, les asegura la primera temporada perdedora bajo el mando del coach Jason Garrett y la segunda desde 2004 en los años de Bill Parcells.
Es hora de que el equipo comience a pensar en lo que vendrá en el offseason y en la temporada 2016.

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