5 razones para ser optimistas con los Packers en 2016

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La temporada pasada fue cruel, llena de anomalías para el equipo de Mike McCarthy, pero dejó la sensación de que los Packers sólo necesitan tiempo y salud para volver a la cima de la NFC. Estas son 5 razones para ser optimistas con los Packers en 2016:

 1.- Vuelve Jordy Nelson

En algún momento fue de los WR1 más subestimados en la liga (“con A-Rod lanzando, cualquiera luce como estrella”) pero en retrospectiva la Temporada 2015 de Green Bay se diluyó con su ausencia por lesión durante todo el año. Ningún otro receptor pudo acercarse a su producción (98 atrapadas para 1,519 yardas y 13 TD en 2014); además, la limpieza en sus rutas y la seguridad de sus manos son por mucho superiores a las de sus compañeros. La vuelta de Nelson en 2016 atraerá la atención de las defensivas contrarias, lo convertirá en el objetivo favorito de Rodgers en momentos clave y regresará al WR Randall Cobb al slot, donde es uno de los mejores de la liga.

2.- Aaron Rodgers quiere venganza y tiene las armas

El pilar de esta franquicia, a todas luces, jugó por debajo de lo esperado cuando cayó Nelson. Es difícil mantener la perspectiva al analizar a Rodgers cuando tal vez sea el único QB capaz de anotar de Hail Mary en dos juegos (incluido uno de Playoffs) en los últimos segundos y en la misma temporada. Su estado físico, temple y liderazgo están intactos, pero 2015 fue el peor año de su carrera sin contar su debut como titular (2008). Para un QB de su calibre, esto significa que jugará con el famoso “chip on shoulder” y hará pagar los platos rotos a las defensivas rivales.

Su arsenal aéreo está completo con la vuelta de Nelson, el retorno de Cobb a su posición natural, la contratación de un TE como Jared Cook (con la combinación de tamaño, manos y proyección de estadísticas que no existían en el equipo desde Jermichael Finley) y el progreso de los WR Davante Adams y Jared Abbrederis, resulta imposible no ser optimistas con Green Bay este año.

 3.- Eddie “Fat no more” Lacy

El secreto a voces se confirmó al concluir la Temporada 2015: el RB Eddie Lacy había estado jugando con sobrepeso (los rumores llegaron a 117 kilos), afectando su desempeño y poniendo en peligro su continuidad en Green Bay. Inmediatamente comenzó a trabajar con el entrenador personal Tony Horton y al día de hoy reporta 106.5 kg.

Los Packers gustan de usar un tándem en el backfield, pero Lacy es el jugador designado como “caballito de batalla” para llevar la mayoría de los acarreos y convertir en situaciones de corto yardaje o en zona roja. Con mayor agilidad y tiempo en el campo, el papel de Lacy será agotar a las defensivas rivales, abrir espacios para el ataque aéreo de Rodgers y convertirse en válvula de escape en situaciones de pase. Si con su peso logró superar las 1,100 yardas en dos de sus primeros tres años de carrera, ¿qué podrá hacer ahora?

 4.- Mejora en equipos especiales

Si el ataque en la era Rodgers-McCarthy genera respeto y la defensa ha tenido momentos brillantes (como en el Super Bowl XLV y parte de la campaña anterior), la historia de los equipos especiales va desde mediocre hasta pésima, clasificada como número 17 de la NFL en 2015 y 30 promedio en los últimos diez años (sólo arriba de Carolina e Indianapolis).

Este equipo basa gran parte de su orgullo en el frío intimidante del Lambeau Field en invierno, por lo que un punter que haga más largos los drives del contrario, así como regresos de patada que otorguen buena posición de campo son cruciales. Para ello los Packers cortaron al veterano (pero mediocre) punter Tim Mashtay y trajeron a Jacob Schum de los Tampa Bay Buccaneers, quien de inmediato ha mejorado la distancia de los despejes y especialmente el hang time (4.6 segundos en promedio).

Los regresos de patada se vuelven más peligrosos con la adición vía Waivers del RB Jhurrell Pressley, quien registró un regreso de kickoff de 106 yardas el mes pasado con los Minnesota Vikings. Junto con el CB Demarious Randall, el WR Davante Adams y el recién drafteado WR Trevor Dravis, todo apunta para tomar en serio los regresos de los Packers este año.

 4.- CMIII vuelve como linebacker exterior

Decir “pass rush” en Green Bay era hablar de Clay Matthews III hasta hace una temporada y media, cuando tuvo que ser movido al interior por la lesión del LB Andy Mulumba y el desastre que era la defensa contra la carrera. Fue inmediata la mejoría en ese sector pero también el declive en sus sacks. Este año, Matthews regresa a su posición natural como OLB, y si tanto el DE Datone Jones como el LB Nick Perry se mantienen sanos junto con el LB Julius Peppers (quien a su edad sigue valiendo cada centavo que costó en la Agencia Libre), la presión al QB rival crecerá a niveles poco acostumbrados en la nación Packer.

Como nota al margen, conviene seguir de cerca al novato LB Blake Martinez, quien ha causado impacto inmediato al grado de asignársele el casco de radiocomunicación para la Semana 1 ante Jacksonville. Él  permitió que Matthews regrese a donde más hace daño.

 5.- Perímetro joven con experiencia

¿Recuerdan el chiste de la vacante de empleo en que se solicita jóvenes proactivos, idealmente recién egresados y con años de experiencia por un sueldo bajo? Pues en Green Bay es toda una realidad. El S Ha Ha Clinton-Dix, el DB Micah Hyde y los CB Damarious Randall y Quinten Rollins fueron drafteados o tomados de la calle en los últimos 4 años, titulares desde su primera campaña y aún juegan bajo su primer contrato. Total reflejo del estilo “draft & develop” del general manager Ted Thompson.

Si bien el perímetro Packer sigue la máxima de “bend but don’t break” permitiendo muchas yardas y anotaciones, la tendencia es que ocurra cuando el juego ya está decidido, durante el llamado “garbage time”. Como grupo está rankeado en quinto lugar de la NFL de acuerdo con Pro-Football Focus y, con otro año de experiencia a cuestas, estos jóvenes apuntan hacia arriba en 2016.

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