El inicio de la temporada 2018 de los Cardinals era de esperarse, incluso dudo que su nuevo head coach Steve Wilks esté sorprendido. Con marca de 0-3 era cuestión de tiempo antes de que Josh Rosen entrara en la órbita y tomara las riendas del equipo.
Sólo le dieron 3 semanas a Sam Bradford como oportunidad y que no las aprovechó. Sus números no son para presumir: de 80 pases lanzados sólo 50 completos, 2 touchdowns por 4 intercepciones y como ya comentamos, sin victorias que es lo más importante. Por ello Arizona volteó a su proyecto a futuro, el QB novato Josh Rosen.
Su debut vino ante la defensiva de los Chicago Bears, una situación complicada, al final perdió el partido y tuvo unos números para el olvido, pero ya no hay vuelta atrás. Este fin de semana iniciará su primer partido como titular en casa ante los Seattle Seahawks.
No será sencillo. La defensiva de los Seahawks, aunque perdió a muchos jugadores que la hicieron la mejor defensiva de la NFL, ha sido un grupo que pelea, rankeado a media tabla en cuanto a yardas y puntos recibidos.
Creo que la decisión del coach Wilks llega en un momento de desesperación. Esta decisión se tomó realmente en el momento en que Bradford perdió el balón por tercera vez ante los Bears, pero poner a su novato en esa situación no fue responsable, abajo en el marcador ante una de las mejores defensivas de la NFL. No ha sido el proceso más limpio y eso puede afectar mucho lo que el novato pueda o no pueda hacer, especialmente este fin de semana con su primer aparición titular.
