¿Es momento de que los Texans despidan a Bill O’Brien?
Sin duda mucha gente en la organización y los aficionados al equipo están pensando si es momento de que los Texans despidan a Bill O’Brien. Antes de ser viscerales y dar una respuesta inmediata, hay que analizarlo fríamente.
El actual Head Coach de Houston llegó en 2014 y lleva cinco años al frente del equipo, en los que sólo tiene una temporada perdedora, justo la del año pasado. Cabe mencionar que esto lo consiguió con un carrusel de quarterbacks como Ryan Fitzpatrick, Case Keenum y Ryan Mallett (los tres arrancaron como titulares al menos dos juegos 2014). En la temporada 2015 fueron cuatro quarterbacks distintos los que dirigieron su ofensiva: Brian Hoyer, T.J. Yates, Brandon Weeden y Ryan Mallett. A pesar de esa inestabilidad en la posición, O’Brien los llevó a los playoffs, donde perdió en la ronda de Wildcard ante los Chiefs.
En 2016 tuvo a Brock Osweiler, probablemente el menos talentoso de todos los pasadores que ha tenido, aunque finalmente terminó ganando el único juego de playoffs que puede presumir O’Brien con los Texans.
El año pasado volvió la inestabilidad cuando comenzó con Tom Savage para después pasar al novato Deshaun Watson y tras su lesión, darle la oportunidad una vez más a T.J. Yates.
Estoy de acuerdo en que no es un escenario normal para un entrenador con vocación ofensiva que busca dar buenos resultados, pero tampoco es los números hablen de un mal trabajo, considerando que los Texans se han mantenido peleando por lo playoffs durante su estancia.
El problema con este entrenador recae en su efectividad para ganar en los playoffs (no debería contar su victoria ante los Raiders de Connor Cook). Actualmente tiene un equipo lleno de talento con estrellas del calibre de De’Andre Hopkins, J.J. Watt y Jadeveon Clowney y el resto de los jugadores para nada son malos, al contrario. En el juego que perdieron ante los Colts en la ronda de Wildcard de este año fue superado desde la planeación del mismo. Era un rival conocido y, sabiendo a lo que se enfrentaría, no se le vio la creatividad para cambiar el rumbo del juego. Trataron de dominar usando a sus mejores hombres de la forma habitual, buscando la jugada grande en lo profundo del campo y así le dejó el peso del encuentro a el inexperto quarterback Deshaun Watson. Todo fue culpa de O’Brien.
Y ese es el tema, no siempre va a contar con las grandes recepciones de Hopkins o una buena escapada de Lamar Miller, o incluso una genialidad de Watson. Y a la defensiva pasa algo similar con sus mejores jugadores, sin embargo un equipo mejor entrenado buscará la forma de anular al mejor jugador rival, como los Colts lo hicieron ante J.J. Watt.
El tema con este entrenador no pasa por lo que ha logrado sino por lo que podría lograr en el futuro inmediato con los Texans. Talento para hacer un mejor trabajo lo tiene y no está en la discusión, pero creo que siendo fiel a la tradición de que los discípulos de Bill Belichick no son buenos como Head Coaches, O’Brien lo está comprobando.
Bajo estas condiciones, me parece que los Texans deberían explorar opciones para remplazar a Bill O’Brien.