Después de siete temporadas y varios incidentes fuera del terreno de juego que pusieron en jaque su carrera, Ben Roethliberger vuelve a llegar a un Super Bowl haciendo algo que pocos quarterbacks tienen la capacidad: extender las jugadas.
Su don ha maravillado a millones de espectadores y a frustrado a todas las defensivas a las que se ha enfrentado y es sólo una manifestación de la visión y la capacidad que tiene Big Ben en cumplir sus metas, no sólo dentro del terreno de juego.
Roethlisberger tiene la capacidad de sacudirse a defensivos, de saber agacharse en el instante correcto para evadir rivales y lo hace ver como algo de lo más sencillo. Absorbe fuertes golpes cada partido y regresa al terreno de juego como si no pasara nada.
“Muchas cosas de las que pasan ahí no sé de donde vienen. Lo único que pienso es que estoy disfrutando de este juego. Obviamente no es algo que se pueda entrenar o repetir durante las semanas de preparación”, comentó Roethlisberger sobre su habilidad en el Media Day.
Para John Elway, uno de los mejores quarterbacks que ha jugado en la NFL, no ha visto a nadie con la capacidad de Roethlisberger de huir de los rivales con tanta facilidad y en tantas ocasiones. De hecho, Roethlisberger utiliza el número siete en honor a su héroe de la infancia, el quarterback de los Broncos de Denver. Elway perdió los tres primeros Super Bowls que jugó, Big Ben se convirtió en el quarterback más joven en ganar un título de la NFL hace seis temporadas.
Por si fuera poco, Roethlisberger ha superado varias pruebas difícil durante su vida para convertirse en una estrella de la NFL. Además de sus ya conocidos escándalos por acoso sexual. El quarterback de Pittsburgh tuvo que superar la pérdida de su madre, quien falleció cuando él tenía 8 años, y cada vez que anota un touchdown, Big Ben apunta hacia el cielo en honor a ella.
