Los Vikings son de verdad

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Uno de los equipos invictos hasta el momento en la temporada 2016 son los Minnesota Vikings, quienes han sabido sobreponerse a la adversidad que se les ha presentado semana a semana. La clave es la construcción del roster y la mentalidad y disciplina que imperan en el plantel, elementos que son responsabilidad del general manager Rick Spielman y el head coach Mike Zimmer, respectivamente.

El proceso de maduración de Mike Zimmer

Zimmer es el ejemplo de lo que cómo un head coach se puede convertir en exitoso por medio de la constancia y la disciplina.

Comenzó su carrera en la NFL en 1994 dirigiendo a los defensive backs de los Dallas Cowboys, posición que desempeñó bajo el mando del coordinador defensivo Dave Campo y el head coach Chan Gailey hasta 1999.

Para el 2000 fue promovido a coordinador defensivo una vez que Campo fue nombrado head coach y ahí fue donde comenzaron sus buenos resultados; en las siete temporadas a su cargo, la defensiva se mantuvo sólida y se colocaba normalmente entre la primera mitad de la tabla en yardas permitidas, incluso un par de veces en el top 10.

Luego de un año en Atlanta en 2007, llegó a la parte más destacada de su carrera como Coordinador Defensivo, cuando el Head Coach Marvin Lewis lo reclutó para dirigir la defensiva de los Benagals. En seis años en el cargo colocó a su escuadra en el top 10 en yardas totales, yardas por pase y puntos permitidos en cuatro ocasiones, además de dos veces en robos de balón.

Con esas credenciales, los Vikings no se resistieron a nombrarlo Head Coach de su equipo para la temporada 2014 tras la salida de Leslie Frazier. Desde entonces a la fecha el equipo ha registrado un récord de 21-14 y ha adquirido una identidad de vieja escuela, con mucha disciplina, basada en defensiva y juego terrestre.

Su proceso en Minnesota ha ido en ascenso, registrando primero 7 victorias, luego 11 con un título Divisional y un lugar en Playoffs cuya estancia se vio acortada por un gol de campo fallado en el partido de la ronda de Wilcard contra Seattle y ahora con tres victorias al hilo para comenzar con su tercer año promisorio.

Con un núcleo de jugadores jóvenes, a fuego lento la estancia de Zimmer con los Vikings se ha ido cocinando y hasta este Offseason parecía estar en su punto.

Las maniobras de Rick Spielman

La labor de este hombre comenzó un par de años antes que la de Zimmer. A partir de 2012, Spielman se ha encargado de llenar de talento a un equipo de los Vikings vía Draft y Agencia Libre manteniendo finanzas sanas en la franquicia.

Lo que ha hecho en el Draft es digno de admirar, en las cinco ocasiones que ha participado aseguró nueve selecciones de primera ronda, tomando en ese orden a Matt Kalil, Harrison Smith, Sharrif Floyd, Xavier Rhodes, Cordarrelle Patterson, Anthony Barr, Teddy Bridgewater, Trae Waynes y Laquon Treadwell. Que cada quién juzgue la efectividad de estas selecciones, sin embargo vemos que cinco de ellos son titulares actualmente en el equipo (serían seis de no ser por la lesión de Bridgewater).

En rondas posteriores, ha tomado jugadores como por ejemplo: Blair Walsh (6ª ronda), Jerick McKinnon (3ª ronda), Eric Kendricks (2ª ronda), TJ Clemmings (4ª ronda) y Stefon Diggs (5ª ronda).

En total ha seleccionado a cinco jugadores que han sido llamados al Pro Bowl y 12 jugadores que son o han sido titulares.

Su labor en Agencia Libre ha sido bastante sólida, encargándose de preservar el talento de su propio equipo y haciendo movimientos de bajo perfil pero que aseguran una buena situación para su roster, entregando casi siempre contratos por un año a jugadores que llegan o se recontratan, como son los casos de Chad Greenway, Terence Newman y Michael Griffin.

De los pocos movimientos llamativos en esta instancia podemos mencionar la contratación a Alex Boone por cuatro años en busca de solidificar su línea ofensiva y el dejar en libertad a Jared Allen buscando adelantarse a la inminente curva de decadencia del jugador.

El verdadero reto para Spielman comenzará este Offseason cuando los jugadores que él mismo seleccionó el en Draft comenzarán a llegar al final de sus contratos, por lo que ya aseguró al safety Harrison Smith con un contrato millonario a largo plazo.

Situación actual

El más reciente Offseason estuvo cargado de optimismo para los Vikings; venían de una temporada en la ganaron el título de la NFC North y tuvieron contra las cuerdas a los Seahawks en Playoffs.

El proceso de maduración de su QB Teddy Bridgewater parecía ir por buen camino y las adiciones a la ofensiva eran suficientes para complementar la presencia de un talento generacional como el del RB Adrian Peterson. A todo esto se sumaba una defensiva llena de talento joven y playmakers en todos los niveles.

Los problemas comenzaron con la lesión de Teddy Bridgewater, que a sólo un poco más de una semana de comenzar la Temporada Regular quedó fuera por el resto de la campaña.

La reacción del equipo ante esta situación, en vez de permitir que Shaun Hill, su segundo QB, timoneara el barco, fue adquirir vía trade a Sam Bradford, dando a cambio una selección de primera ronda en el Draft de 2017 y una de cuarta en el de 2018 que podría convertirse en tercera o incluso segunda.

El mensaje fue claro: Estamos listos para ganar ahora y vamos a hacer lo necesario.

Después de todo si su confianza es tal, la selección de primera ronda que estarán entregando el próximo año debería estar presupuestada para ser entre el 28 y 32.

De ahí en adelante, el redondo y profundo roster que Spielman ha construido y Zimmer ha dirigido con maestría ha sido puesto a prueba. A la de Bridgewater se añadieron las lesiones de Matt Kalil, Alex Boone, Sharrif Floyd y Adrian Peterson, todos jugadores titulares.

Actualmente la ofensiva tiene a Sam Bradford como QB titular, a TJ Clemmings jugando como LT en vez del titular Kalil y a Jerick McKinnon como RB principal en vez de Adrian Peterson. El descenso en nivel parece importante, pero el desempeño en la realidad no ha cambiado mucho.

Lo más importante aquí es la actitud que muestra el equipo, parece que no importa quién esté alineado, el plan de juego se ejecuta como hubiera estado pensado desde un principio y están totalmente concentrados en su objetivo manteniendo su identidad defensiva.

Bradford ha mostrado un nivel de juego mejor que nunca en su carrera (tal vez sólo al nivel de su año de novato), ha ejecutado la ofensiva de forma eficiente y sin cometer errores encontrando a sus receptores en rutas precisas y recargándose mucho en su TE Kyle Rudolph.

Mientras tanto la defensiva sale a dominar a sus rivales, a sofocar al QB contrario, a robarse todos los balones que sea posible y aportar puntos al marcador, lo que facilita mucho la labor de la ofensiva.

¿Qué podemos esperar?

Este equipo se perfila para ser de esos que llega lejos gracias a la labor excepcional de su defensiva, sin afán de compararlos, piensen en los equipos que los Seahawks han tenido en los últimos cinco años y se darán una idea de a qué me refiero.

Lo que nos falta ver, tal vez porque no se les ha exigido, es que tengan la capacidad de generar jugadas grandes a la ofensiva que los regresen al partido. Si quieren seguir sin necesitarlas, será vital que mejore su juego terrestre, el ya mencionado McKinnon y Matt Asiata deberán complementarse para generar yardas y consumir tiempo en el reloj de juego además de mantener honestas a las defensivas rivales, ya que de lo contrario comenzarán a volverse unidimensionales y predecibles.

Sin duda toda esta situación, que hasta el momento se ve como positiva, no sería posible sin la combinación que han formado Zimmer – Spielman en Minnesota. Esta dupla es la razón central decir que hoy en día los Vikings son de verdad.

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