Seamos sinceros: a nadie le interesa el Pro Bowl. Es un juego completamente desangelado que se sigue haciendo porque la liga quiere llenar el espacio vacío el fin de semana previo al Super Bowl.
El problema con el Pro Bowl
Este juego, al igual que en todas las otras ligas de Estados Unidos, surge como un encuentro donde los mejores jugadores del año se enfrentan en un “partido de ensueño”. Lamentablemente para la NFL este encuentro está muy lejos de ser lo que se busca, y los aficionados lo demuestran año con año: el Pro Bowl normalmente es uno de los partidos menos vistos y el motivo es simple: la competencia es muy pobre.
Para nadie es un secreto que los jugadores que participan van con la simple intención de pasarse un buen rato, por lo que rara vez se esfuerzan por hacer una jugada importante. Es más, en este encuentro no se usa el mandar blitz contra los QB, esto para protegerlos. Y ese es otro asunto: nadie quiere salir lesionado en un partido que no representa nada.
Así que tenemos un problema enorme: es un partido que los jugadores básicamente no quieren jugar, los aficionados no quieren ver y que encima no representa nada. Entonces, ¿cómo se puede solucionar algo que está completamente roto?
Una posible solución
La NFL ya probó quitar el tema de conferencias (AFC vs NFC), pero no tuvo un efecto muy grande sobre el juego en general. Así que vamos a proponer un cambio totalmente radical: que dejen de jugar football. O al menos que no lo hagan como lo hacen ahora.
La idea es simple: que se hagan ocho equipos, cada uno con las estrellas de cada división. Eso nos daría los equipos de la AFC East, la NFC South, la AFC North, etc. Pero ojo, no serían equipos completos: máximo 8 estrellas por división. Y ahí comenzamos la competencia.
En un principio se harían los concursos de habilidades, que ya se vienen haciendo y son lo más entretenido de todo el fin de semana. Primero, los cuatro equipos de la misma conferencia competirían entre ellos en pruebas de recepciones, fuerza, velocidad, etc, recibiendo puntos y determinando un equipo ganador al final de todos los eventos.
Entonces, una vez que tengamos a los dos equipos ganadores (por ejemplo, la NFC North y la AFC South), ellos jugarían por la el título del “Pro Bowl”, con una pequeña diferencia: sería un partido de flag football.
Imaginen esto: un equipo donde estén Aaron Rodgers, Adam Thielen, Tarik Cohen, Stefon Diggs, Khalil Mack y Darius Slay contra uno donde jueguen Andrew Luck, DeAndre Hopkins, Derrick Henry, J.J. Watt, Jalen Ramsey y Darius Leonard en flag football.
¿Hay riesgo de lesión? No tanto como jugando football equipado. ¿Alguien se va a quejar de que no se pegan? Sería absurdo, porque es flag football. ¿Es aceptar que estamos llenando el fin de semana en lo que llega el Super Bowl? Por supuesto, pero sin quererlo hacer pasar como un partido de NFL.
Es más, vamos a ponerle algo de emoción: el equipo que gane le da a su conferencia la “localía” en el siguiente Super Bowl. Eso quiere decir que la división que gane hará que el representante de su conferencia que llegue al Super Bowl del año próximo sea el equipo local, usando las instalaciones que prefiera y el vestidor de local del estadio.
Es más, habría otras opciones: la división que gane el “Pro Bowl” recibe el beneficio de evitar el ser usados para el show televisivo Hard Knocks en el siguiente offseason. O reciben un tie breaker para la siguiente temporada, donde el campéon de su división tendría ventaja sobre los demás campeones divisionales en caso de empate. ¿Se imaginan que el desempate entre Saints y Rams este año lo hubiera determinado el resultado del Pro Bowl? Eso lo haría algo interesante, y todos los equipos buscarían ganar porque habría algo en juego. Es más, los aficionados verían el partido para ver qué división entra a la siguiente campaña con ventaja en los criterios de desempate.
Pero bueno, solamente son ideas. Lo que es cierto es que el Pro Bowl necesita algo para mejorar. Y en estos momentos, pensar en posibles soluciones es más divertido que ver el partido.
