Todo parece indicar que la apuesta no le funcionó a los Dallas Cowboys. Randy Gregory está suspendido de forma indefinida de la NFL por violar la política de uso de sustancias prohibidas de la liga por cuarta ocasión. Gregory había recibido la oportunidad de jugar en julio del año pasado y participó en 14 partidos la temporada anterior.
Sin embargo su aportación para Dallas ha sido casi nula. Parecía que estaba a punto de darle la vuelta a su problema de adicciones, ya que el año pasado aportó con seis sacks y un fumble recuperado en acción limitada. Parecía que él podría ser la solución si los Cowboys no llegaban a un acuerdo con Demarcus Lawrence… pero ahora los planes han cambiado.
Dallas tiene que hacer todo lo posible por amarrar a Gregory o para obtener a uno de los mejores agentes libres disponibles en 2019 (aquí puedes leer nuestra lista). En este momento el equipo de Jerry Jones tiene un poco más de 47 millones en el tope salarial y la prioridad de retener también a David Irving, uno de los héroes anónimos del equipo el año pasado.
En cuanto a Gregory, lo más probable es que su carrera esté terminada. Pocos equipos tienen más paciencia que los Cowboys en cuanto a prospectos con problemas fuera del terreno de juego. También ha demostrado que no puede cumplir la política de la NFL en uso de sustancias prohibidas. Falta ver si Dallas lo corta en este momento o esperará a que la liga le vuelva a dar una nueva oportunidad. Su caso es similar al de Josh Gordon, quien tiene un enorme talento, pero muchos problemas fuera del terreno de juego.
